El mercado de los combustibles tendrá cambios con nuevas resoluciones de la Ursea, las cuales son criticadas desde la Unión de Vendedores de Nafta, para quienes la electrificación automotriz es la principal amenaza para la subsistencia de sus negocios.
El vicepresidente de la Ursea, José Hualde, dijo que no se han terminado de elaborar los proyectos definitivos para habilitar nuevas estaciones de servicio y por esta razón se ha solicitado más tiempo al Ministerio de Industria y Energía. No obstante, hay dos resoluciones que ya permitirían la apertura de nuevas estaciones.
En la sesión del pasado 4 de octubre, la Ursea aprobó las resoluciones que regirán en el período de transición, hasta que se apruebe la regulación de la distribución de los combustibles líquidos definitiva. Según explicó Hualde a La Mañana “todavía no están las condiciones de estabilidad necesarias para avanzar” en este último aspecto.
Acotó que “la apertura de nuevas estaciones nos permite continuar desarrollando el mercado de combustibles y de esa manera generar nuevos puestos de trabajo”. Son dos las resoluciones que ahora permiten la apertura de nuevas estaciones. Una de ellas hace referencia a cualquier persona interesada en explotar una nueva estación de servicio, que deberá presentarse ante la Ursea. La otra tiene que ver con las distribuidoras. En este caso, se ha fijado que los mayoristas podrán tener hasta cuatro estaciones. “Lo que se intenta hacer con esto es equiparar las condiciones para todas las distribuidoras, porque hay algunas que en este momento tienen mayor cantidad que otras” dijo.
Al ser consultado sobre cuándo se podrían aprobar estos reglamentos finales, indicó que “se ha avanzado bastante sobre el tema, pero todavía hay aspectos que no se han terminado de definir. En este momento hay una incertidumbre muy grande en el mercado de los combustibles a nivel internacional, principalmente a causa de la guerra (entre Rusia y Ucrania). No obstante, quiero aclarar que si bien el sistema uruguayo tiene cosas para mejorar, no es un desastre. Tenemos combustible en todo el país y no tenemos problemas de suministro. Con la crisis actual hemos visto cómo países vecinos han tenido problemas de abastecimiento, lo que en Uruguay no sucede. Por lo tanto, estamos trabajando para que pueda haber nuevas aperturas y seguir elaborando un reglamento final que abarque todas las condiciones”.
Crítica a la integración
El gerente general de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (UNVENU), Federico de Castro, dijo que la gremial tiene una actitud “crítica” con la integración vertical o con que las distribuidoras puedan tener sus propias estaciones. Se aspiraba ir a un sistema similar al brasileño, que prohibió este tipo de negocios para los mayoristas de combustibles.
En Uruguay hay tres mayoristas: Ducsa con un 60% del mercado, y Disa y Axion con un 20% cada una.
En la actualidad Disa ya tiene cuatro estaciones, al igual que Ducsa y Axion no opera ninguna. Tanto Disa como Ducsa abrieron sus estaciones cuando aún la Ursea no tenía potestades en el mercado de los combustibles. Los argumentos de Unvenu para oponerse a la integración vertical es que “ningún estacionero puede competir contra estas empresas, ya que evitan el margen mayorista, por lo cual tienen mayor ganancia”.
Al comentar la otra resolución de Ursea, sobre la apertura de nuevas estaciones o traslados de las existentes, manifestó: “Nuestra posición con respecto a esta resolución es clara. Uruguay tiene el mayor promedio de América latina por habitante en materia de estaciones de servicio: hay 475. Por lo tanto, no se necesitan nuevas estaciones de servicio y debería haber menos. A esto se agrega que está creciendo la movilidad eléctrica, lo cual va a generar nuevos desafíos”. Cuando se le pregunta si piensa que ante este panorama alguien puede pensar en abrir una estación de servicio dijo que “puede pasar”.
Para De Castro con las resoluciones de la Ursea ahora está claro cuáles son los requisitos para abrir una estación o trasladarla “porque antes era más discrecional, ya que lo manejaba Ancap. Además, las zonas de influencia no estaban definidas”.
Precios rígidos
Para los estacioneros uruguayos el sistema en sí mismo hace que las ganancias sean muy rígidas. El precio lo fija el Poder Ejecutivo, por lo cual la bonificación es fija. Cuantos menos litros se vendan, menos se gana, y cuantas más estaciones hay, menos litros se venden.
De Castro puso como ejemplo el funcionamiento en otros países del mercado de combustibles. En EE.UU. las ventas bajaron un 40% durante la pandemia y los estacioneros (al ser un mercado libre) lograron incrementar sus márgenes de ganancia en un 50% para compensar las pérdidas.
“Es por eso que decimos que si se ponen más estaciones hay que aumentar el margen de ganancia, porque cada estación va a vender menos litros. Pero no vemos voluntad para aumentar los márgenes de ganancia debido a que el precio de los combustibles ya es alto”, sostuvo. “Lo que hay que ver es que cada cosa que toques, tiene efecto en el resto del sistema. Hay muchos profesionales expertos en un sector, pero son pocos los especialistas que tienen una visión sistémica. Esto no solo en Uruguay, sino en toda América Latina”, manifestó De Castro.
El desafío eléctrico
En la actualidad se está vendiendo un 10% más de gasoil, por la actividad del agro, y en naftas el crecimiento es menor. Pero a pesar de estas mejoras, los estacioneros consideran que el gran desafío no solo en Uruguay, sino en todo el mundo es la electrificación automotriz. Según de Castro, “hay casos que son impactantes”, como el de Oslo (Noruega) donde el 30% de las estaciones de servicio ya han cerrado. “Eso nos marca lo que va a pasar acá. La solución es que en las estaciones se ofrezcan todos los combustibles posibles”, dijo y agregó: “Pero hay que ser sinceros: no hay ejemplo en el mundo donde las estaciones hayan podido monetizar la carga eléctrica, porque generalmente se hace en los hogares. Creo que Uruguay y Costa Rica serán las puntas de lanza en la región con los vehículos eléctricos. Esto lo vemos como una terrible preocupación”.
“El reglamento de Ursea se hace pensando que el mercado seguirá estable y estará creciendo, cuando en realidad va a pasar lo opuesto. Cuanto vamos a demorar en llegar a una situación como la de Oslo es la pregunta. Serán cinco o siete años, pero a eso vamos a llegar” sostuvo.
Una situación crítica
La situación en el litoral en materia de combustibles sigue siendo crítica. Federico de Castro dijo que en Uruguay el Imesi a las naftas es de unos 31 pesos. Hay cuatro países en América Latina donde el producto, más los impuestos y el costo de distribución, no llega a lo que en Uruguay se cobra de Imesi. Uno de esos casos es Argentina. “Las estaciones del litoral no pueden competir. Eso es imposible porque la nafta en Argentina está baratísima, por más que se baje algo el Imesi para las estaciones de frontera”, sostuvo.
Sobre las soluciones, dijo que se deberían incrementar los controles. “Hoy en la zona del litoral se ven avisos que dicen venta de combustible a domicilio. Y los autos pueden pasar de Uruguay a Argentina todas las veces que quieran, y encima algunos tienen tanques adaptados. Si las autoridades competentes no toman cartas en el asunto, eso se va a seguir repitiendo”, dijo el gerente general de Unvenu.
Frenar la integración vertical
En el pasado mes de setiembre se realizó en Uruguay la cumbre de la Comisión Latinoamericana de Empresarios de Combustible. Los temas fundamentales para el sector a nivel regional es frenar la integración vertical (o sea que las distribuidoras tengan estaciones). También se solicita mitigar el costo financiero que implican los pagos con tarjetas. En Uruguay el principal rubro es mano de obra (salarios, leyes sociales, etc.) y el segundo los aranceles de las tarjetas. El otro gran tema que se planteó es cómo “subsistir” frente al cambio de la matriz energética en los vehículos. También se consideró la importancia del hidrógeno verde, donde la estación sí tiene un rol porque hay surtidores para los vehículos.
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