Fue presidente de la Cámara Uruguaya de Fintech y tiene una vasta experiencia en el mundo del software y del emprendedurismo. Es el fundador de Bankingly, desde donde ayuda a las instituciones financieras a atender mejor a las personas. En diálogo con La Mañana, Martín Naor explicó cómo pueden las fintech ayudar a crear empleos de calidad para los uruguayos, aunque lamentó el atraso que existe en la regulación financiera con respecto a la región.
¿Cómo pasó de la empresa familiar a lo que hace hoy?
Fue un largo recorrido que empezó hace más de 20 años. La empresa familiar era de tradición industrial; fabricábamos billeteras, cinturones, carteras, en un momento donde Uruguay producía mucho de eso. Como parte del trabajo que hacía allí, me fui seis meses a Estados Unidos a trabajar con un cliente que tenía una fábrica muy similar a la nuestra. Esa apertura al mundo fue el inicio de todas mis inquietudes. Al poco tiempo de volver, empecé a conversar con mi padre de que yo no iba a seguir con la empresa mucho tiempo más.
Antes de emprender de manera personal, fui a buscar experiencia en multinacionales que me permitieran ver el mundo y entender cómo funcionaban otras industrias, entonces pasé primero por Sadar, que es el representante en Uruguay de Peugeot, después por el laboratorio Abbott de Chicago, y luego terminé en Microsoft, con lo cual me mudé a Estados Unidos.
¿Cómo surgió Bankingly?
Bankingly tuvo una fundación no estándar para lo que son las startups tradicionales, porque fue creada como un spin-off. Nosotros teníamos Infocorp como empresa ya establecida, grande, con muchos años de experiencia, a la cual yo me había sumado como socio. Decidimos que tenía más sentido crear una empresa nueva que abrir una unidad de negocios dentro de Infocorp, y así fue como nació Bankingly, que compartía de origen el mismo producto, pero iba a un segmento totalmente distinto.
La ventaja que tiene un spin-off es que no arranca de cero como una startup. Nosotros ya teníamos un montón de experiencia con otro tipo de cliente, con el cliente bancario grande, que es el que atiende Infocorp, pero conociendo la industria financiera teníamos un producto que sabíamos que funcionaba, que había que hacerle ciertos retoques para este nuevo segmento de clientes, pero no era empezar de cero. Y teníamos referencias, nos conocían, estábamos en el mercado.
¿Qué diferencia tiene el fintech con la incorporación de tecnología por parte de los bancos tradicionales?
Si vas a la pureza de los términos, ninguna; como concepto, el fintech es la suma de finanzas y tecnología. La diferencia está en el foco que tienen las empresas fintech que no vienen de historia bancaria y la experiencia del cliente. Muchas fintech nacen de una necesidad súper específica y tienden a ser excelentes soluciones para la misma, mientras que un banco trata de resolver 400 necesidades diferentes, todas de la mejor manera posible, pero no es sencillo ser excelente en todas ellas.
¿Cómo benefician las fintech tanto a las familias como a las pymes?
Muchas fintech han arrancado por ahí, porque ese ha sido típicamente el mercado descuidado o poco atractivo para la banca tradicional: las personas y las pymes. La banca ha trabajado más sobre las personas con altos patrimonios. En las pymes, por lo general, va el dueño y pide un préstamo de persona física, o está la pyme un poquito más grandecita que ya se parece más a una empresa con la cual el banco quiere tratar.
Ahí, por un lado, hay una gran oportunidad de negocios y, por otro lado, hay un enorme bien societario para perseguir, que es la inclusión de toda esa gente en el mercado formal. Es decir, el dueño de la pyme puede ir a sacar un crédito personal, pero este tiene tasas mucho más altas porque la tasa de mora también es más alta, entonces, está tratando de financiar un negocio con un costo de capital de persona física y eso es muy difícil de hacer. Allí es donde se ven enormes inversiones a lo largo del mundo, en las fintech que van dirigidas hacia ese lugar.
¿La regulación en Uruguay favorece o impide este tipo de emprendimientos?
El Banco Central del Uruguay (BCU) ha publicado una hoja de ruta respecto a en qué áreas quiere asegurarse de mejorar la competencia y abrir los sistemas a que todos los players que quieran entrar y cumplan con los requisitos, puedan hacerlo. Eso es lo crucial; ninguna fintech pide ventajas, sino poder jugar, y hay mucha regulación muy vieja que está hecha para un statu quo de puro banco. Por tanto, en Uruguay había varios cuellos de botella donde los bancos tenían la capacidad de frenar casi que cualquier avance en sistemas de pago y de puntos de venta.
¿Cómo está Uruguay en términos de regulación con respecto a la región?
Estamos atrás. Desde la crisis del 2002, el foco mayoritario de la regulación ha sido la solidez del sistema y que nunca más nos vuelva a pasar lo mismo, lo cual es una meta súper importante y compartible, pero tiene el riesgo de que si solo te enfocás en eso, podés llegar a ser irrelevante por viejo. Entonces, ahora estamos atrasados respecto a los vecinos y a casi toda Latinoamérica, salvo algunas excepciones, y hay que avanzar.
La ventaja es que vimos varias cosas ocurrir en México, en Colombia, en Argentina, y por supuesto que se puede aprender de otros. En la legislación y la regulación se usa mucho el guiarse por los casos que funcionaron para no tener que reinventar cosas raras. Ese es el trabajo que tiene que hacer el BCU ahora junto con toda la industria, tanto la banca como las fintech.
¿Cómo pueden las fintech ayudar a crear empleos de calidad para los uruguayos?
En las fintech hay mucho espacio para la innovación y por ende para la creación de empresas que generen empleos de calidad dentro de la industria. Pero yo diría que el verdadero impacto a escala que pueden tener en el empleo de calidad es posibilitar la llegada del mundo financiero formal a mucha más gente y que muchas más pymes puedan tener más empleados y seguir creciendo porque tienen la financiación para hacerlo.
Semanas atrás, el Financial Times publicó un artículo destacando el ecosistema tecnológico uruguayo. ¿Qué implica eso para el país?
Uruguay tiene dos vertientes que nos indican que es un buen lugar para innovar en fintech: una larga tradición de servicios financieros y de tecnología. Las mejores fintech que vos ves por ahí surgen cuando se juntan un buen técnico y un buen especialista en temas financieros, donde uno sabe qué problema hay que resolver y el otro sabe cómo hacerlo. Uruguay tiene mucho de eso.
El artículo del Financial Times lo resaltaba también a partir de dLocal como primer unicornio uruguayo, pero Uruguay tiene las condiciones, lo que tenemos que hacer es lograr que las mismas se expresen en la realidad. Vamos mejorando y avanzando y creo que estamos en la dirección correcta.
Además, el artículo es una validación, porque el Financial Times es uno de los medios financieros más reputados del mundo y te ayuda, por ejemplo, cuando llegás a cualquier otro país, a no tener que explicar qué es Uruguay.
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